A mis grandes ausentes.
A las situaciones estancadas.
A las situaciones estancadas.
Lo peor es seguir conservando tu número en alcohol
y que no suenen los teléfonos.
Que nos quedemos inmóviles
en la anestesia del día a día.
Si no avanzas tú, yo no daré el paso
y si no doy el paso, tú me esperarás.
Lo mejor es que no tenemos nada que reprocharnos,
solo preguntarnos cómo hemos llegado hasta aquí
y no saber retroceder
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