viernes, 25 de marzo de 2011

Que no, que no...

Los portazos no se dan con lágrimas.
Se dan con rabia,
con la ira del por qué.

Los portazos no se dan con más errores,
ni con más caídas.
No existen remiendos para los pespuntes
deshilachados de la mirada

Vuelvo a prometerme:
No más ojos que no ven
si hay un corazón sintiendo.

Debí soltar amarras y navegar
No debí llenarme de humo el pulmón
ni embriagar mi humor...
y ahora no debo decirme qué debí hacer

Zamarreo a la razón que andaba adormecida.
Hoy no va a ser el delirio el que me aconseje
y cierro la puerta... que hoy vengo de vuelta.

2 comentarios:

  1. Nunca los abrazos quemaron como hierros al rojo,
    nunca las caricias abrasaron como sal en las heridas,
    nunca eché tanto de menos estando tan cerca,
    nunca deseé que el tiempo pasara tan deprisa.

    Nunca me dolieron tanto las lágrimas ajenas,
    nunca desesperé por apalear al tipejo del otro lado del espejo.
    nunca sentí la fragilidad de tener un tesoro entre mis manos,
    ni tuve que alejarme por temor a hacerle daño.

    Nunca quise ser tan pequeño.

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  2. Espero saber mantener la luz visible
    Espero tener los brazos dispuestos a nadar y sacarte del agua.
    Espero poder compartir muchas cañas, y salir, juntas de todas las castañas q hagan falta

    Un abrazo fuerte

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